La venta de una vivienda es una operación bastante importante que requiere de cierta experiencia y ciertos conocimientos para poder conseguir el objetivo en un espacio corto de tiempo y con la mayor rentabilidad. Una de las cosas más importantes que tiene que tener en cuenta el vendedor, es que a pesar de que la venta reporta beneficios, también hay que tener en cuenta ciertos gastos, incluidos impuestos.
Estos son los gastos principales a los que tiene que hacer frente el vendedor de un inmueble.
Es un documento donde aparece la titularidad del inmueble y si este tiene cargas. Normalmente, lo suele solicitar el comprador pero tan solo cuesta unos 9€ y conviene que el vendedor revise todos los datos.
Desde el 2013 tanto para vender como para alquilar un inmueble es obligatorio presentar el certificado de eficiencia energética, un documento donde aparece el gasto energético del inmueble y cuyo precio depende de la empresa contratada y del tipo de inmueble aunque suele estar entre los 80€ y los 150€.
Se trata de un documento que certifica que la vivienda cumple con todas las condiciones de higiene, solidez y salubridad necesarias para ser habitada, en el caso de la Comunidad Valenciana no es obligatorio, sin embargo, hay que solicitar la licencia de segunda ocupación.
Aunque la hipoteca esté pagada hay que realizar su cancelación en el registro y los gastos dependerán de si gestionamos los trámites nosotros mismos o lo realizamos con una gestoría independiente o con la propia gestoría del banco.
Son los gastos que se derivan de la escritura pública, y en un principio, el vendedor tiene que hacerse cargo de esos costes y el comprador asume los de la primera copia y las sucesivas, aunque en muchas ocasiones, se negocia este gasto.
Si hemos contratado los servicios de una agencia inmobiliaria para realizar la venta de nuestro inmueble, tendremos que contar con el gasto de la comisión, que oscila entre 3% y el 7% sobre el precio de venta, dependiendo de la agencia contratada y del tipo de inmueble.
Los impuestos que se pagan en la venta de un inmueble más, quizás sea de las cosas más importantes a tener en cuenta, en concreto al vendedor tiene que pagar el IBI, el IRPF y la plusvalía municipal.
Es un impuesto anual y municipal y tiene que pagarlo la persona que aparece como propietaria con fecha 1 de enero. En muchas ocasiones, se negocia el pago de este impuesto entre el comprador y el vendedor y en ese caso, cada uno abona la parte proporcional de los meses en los que va a ser propietario.
Al año siguiente de la venta del inmueble hay que declarar esta operación en la declaración de la renta. Sin embargo, el IRPF solo se abonará en el caso de que se haya obtenido una ganancia patrimonial, es decir, que el valor de adquisición menos el valor de transmisión salga positivo. En ese caso, el IVA se tendrá que liquidar en función de la ganancia obtenida:
No obstante, es interesante conocer las exenciones al IRPF y comprobar si podemos acogernos.
La plusvalía municipal es el nombre que se le da al Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Y tal y como su nombre indica, grava el incremento del valor de los terrenos durante los años que lo hemos tenido en propiedad. Al tratarse de un impuesto municipal, dependerá de donde esté ubicado el inmueble, no obstante, hay que tener en cuenta para su cálculo estos factores: el valor catastral del inmueble, los años en los que hemos sido propietarios del mismo y el coeficiente y el porcentaje de tributo establecido por el Ayuntamiento.
En Finkas KG te ayudamos durante todo el proceso de venta de tu inmueble, desde el principio y hasta el final, asesorándote para que puedas completar la transacción con todas las garantías.